Inicio esta sección, con una serie de relatos, cuentos, historias..que no son mios aunque Su autor me los presta para que yo pueda subirlos a la red o no, si asi lo deseo. Personalmente, yo desearia que él escribiera, cada vez que suba uno, un comentario sobre el mismo
Añadir, que personalmente para mi, estos relatos han significado mucho en el pasado y espero que os gusten tanto como me gustaron a mi.
Por supuesto, haré constar en todo momento su autoría : J.L.A
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LA CANCION
Se miró en el espejo. Se abrochó los botones de la chaqueta y observó el resultado final. No estaba mal. Sus cincuenta y tantos años le habían respetado. Hasta las incipientes canas que brillaban en su pelo todavía le daban un aire más atractivo. O por lo menos, eso le decían. Sinceramente, le daba igual. Sólo quien se fijase en sus ojos, un espejo de la tristeza permanente, sabría la verdad. Su trabajo era la única razón por la que intentaba cuidarse un poco. Y no demasiado.
Sobre la pequeña mesita había un paquete de tabaco y una botella de whisky. Encendió un cigarrillo y se sirvió una copa. El médico siempre le había dicho que debía dejarlo. Que le acabaría matando. Pero mira por donde se equivocaba. Se daría más prisa esa lesión en el corazón que le descubrieron hace un par de años. Una pequeña bomba de relojería que podía estallar en su pecho en cualquier momento. Si su fin podía llegar en cualquier momento, ¿para qué abandonar sus pequeños vicios?
Bajó las escaleras hacia el salón. Arrellanada en el magnífico sofá de piel estaba su acompañante de turno. No su novia, ni su amiga. No su mujer, ni su compañera. Sencillamente su acompañante de turno. Sabía perfectamente que ella estaba allí sólo por su dinero y por la popularidad, la fama que tenía. Lo sabía perfectamente y le daba lo mismo. Por lo menos le hacía reír de vez en cuando, le mitigaba ligeramente la soledad. Hasta le intentaba engañar diciéndole que le quería. Y bueno, en la cama…. no era la peor que había pasado por ella.
Siguiendo su costumbre, casi un ritual, se dirigió hacia su estudio. Antes de cada concierto hacía lo mismo. Necesitaba encerrarse allí durante unos minutos. Su santuario. Sólo una persona además de él tenía derecho a entrar allí. Y ella desapareció hace años. Demasiado tiempo sin ella.
Un montón de partituras esparcidas por todos los sitios del estudio. Un sinfín de canciones empezadas. Y ninguna acabada. Un piano con muchos viajes. Pero con el mejor sonido del mundo. Su compañero de lágrimas, de alegrías, de amores y de tristezas. Y donde debían estar las partituras en el piano, su foto. María.
Cada día recordaba como se conocieron, cuando él se ganaba la vida con unas clases de piano y tocando en bares por apenas cuatro copas y unos pocos billetes. Recordaba las horas componiendo para ella. Que algún día alguien más pudiera llegar a escuchar esas canciones era secundario. Lo que realmente buscaba es que a ella le hicieran feliz. Y ella le animaba. Podía pasar horas sentada en un cojín, viendo como él emborronaba papeles, buscaba melodías. Había carcajadas que resonaban en la minúscula casa que compartían, ternura que impregnaba el ambiente, complicidad y guiños en las frases más tontas. Eran una pareja feliz. Y sus canciones empezaban a tener un pequeño éxito. Un mundo perfecto.
Quizás a la vida no le gusten las cosas perfectas. O que hay un extraño equilibrio cósmico donde no tiene cabida una situación de dos personas así. Y entonces la vida es cruel. Y la crueldad se presentó con la forma de un coche descontrolado.
Se encerró en su estudio. Días y días componiendo. Apenas comía. Dormía recostado sobre las teclas del piano. Necesitaba expresar todo el dolor que tenía dentro. Necesitaba gritar su desesperación. Quería que ella desde el cielo escuchara que la echaba de menos.
Publicó esas canciones desgarradas. Menos una. Casi le obligaron a ello. Fue el mayor éxito que nunca pudo imaginar. Y también fueron las últimas canciones que pudo componer. Así habían pasado ya diez años de su vida. Había conciertos, galas, pequeños negocios. Pero nunca ni una canción más. Y nunca nadie escuchó esa canción guardada. Sólo era para ella.
Su vida….. Realmente él había vivido siete años. Los siete años que compartió con María. El resto……para él no era vida. Diez años ya. Hoy, precisamente hoy, justamente diez años.
Llegó el coche que debía llevarles hasta el concierto. No dirigió ni una palabra a su acompañante en todo el trayecto. Hoy era en un antiguo teatro rehabilitado. Todo estaba preparado. Las luces, los músicos…. y tomó una decisión. Hoy sería totalmente distinto. No habría más música que su piano. Y sólo quería dos cañones de luz fijos en el escenario. Uno sobre él. Otro en un lateral, en una entrada del escenario. ¿Por qué? No dio razones. Tampoco las tenía. Pero así se hizo.
El público fue entrando poco a poco hasta llenar completamente la sala. Y ,puntual como un reloj, salió al escenario. Un breve saludo y comenzó a tocar. Apenas había pausa entre las canciones. Se olvidó totalmente de todo el público que allí estaba reunido. Sólo tocaba. Con los ojos casi cerrados, dejando volar los dedos sobre las teclas. La intensidad de sus sentimientos iba en aumento. Ya no pensaba en nada. Sólo sentía. Y cada nota salía del alma, del corazón, hasta los dedos. Cada sonido volaba sobre las cabezas de la gente, y cada melodía parecía que entrase por los poros de la piel para llenar, para compartir los sentimientos con cada uno de los espectadores. Una canción tras otra se estaba volcando, vaciándose en la música, llenando el pecho de quien le escuchaba. El sudor recorría su frente brillando con la luz fija del cañón, como pequeñas perlas nacidas de si mismo.
Entrevió una figura. Allí delante. En el otro reducto de luz. María. Le miraba enamorada. Con esa sonrisa que embriagaba. Y se sentó para escucharle. Como siempre había hecho.
Llevaba una hora más de lo previsto. A nadie le importaba. Nunca volverían a asistir, nunca disfrutarían de otro concierto como aquél.
Supo que por fin, en ese mismo momento, su canción, aquella que guardó para ella, debía sonar. Un compendio de emociones en unas simples notas. La mayor expresión de sentimientos reflejados en una canción. Era para ella. Y estaba allí. Para escucharla.
Nadie jamás pudo describirla exactamente. Todo el mundo después recordaba vagamente la melodía. Pero tampoco nadie jamás pudo olvidar esos minutos. Quedaron anclados en lo más hondo de cada persona.
Casi con la última nota se recostó sobre el piano. Momentos de silencio total mientras disfrutaban de los últimos ecos que recorrían el aire intentando atrapar hasta la última esencia de esa canción. Y un estallido de aplausos. Una ovación de reconocimiento no hacia un gran músico, sino hacia esa persona que como nadie les había hecho sentir y compartir.
Tardaron diez minutos en darse cuenta que nunca se levantaría del piano.
María le cogió del brazo y juntos salieron entre la gente
FIN
J.L.A
Hola. La verdad, estoy… sorprendido…. y muy contento de que halla gustado. Uno escribe casi siempre por alguien espeecial. Suponia que gustaría el relato, pero no me esperaba estos comentarios….. Sinceramente, gracias. De corazón.
Besos y abrazos a repartir. (Hay de sobra)
No tengo palabras Azo…me ha emocionado tanto que no he podido contenerme. Volcó su corazón en aquella última actuación, emociones, sentimientos contenidos durante diez años…en el que ya no volvió a vivir. Dicen que cuando tienes un aliciente para tus composiciones, para tu trabajo…para escribir, para componer….la inspiración viene sola. Pero en el momento que María se fue, la inspiración murió para siempre.
Es bellísimo…uno de los relatos más bonitos que he leido últimamente, en serio te lo digo…
Felicidades a su autor, escribe realmente bonito.
Besosssss!
Muchas gracias Doradita…… Y no se él, pero en mi caso, por ejemplo, la inspiracion tambien viene siemrpe de la mano de alguien o algo, Y si eso falla, ..
Hasta que vuelve, claro!!!!
Millllllllllgracias en su nombre y en el mio
Besitos cariño
Al final se fue con su amor, dedicándola esa última canción que nunca nadie escuchó. Él sabía que el día que ella la escuchará acabaría su calvario y se iría con María de la mano. Impresionante, bellísima historia. Felicitaciones.
Besos
Ana
Gracias Ana. Viniendo de alguien que escribe como tú, es todo un honor que espero transmitirle.
Un beso
Precioso relato Azo y acertado que lo trajeras para compartirlo !!!
se antojaba para que fuese mas largo me encanto 🙂
mis saludos a tu amigo autor
y a ti un beso preciosa !!!
Gracias Pati!! Si, algo asi me sucedió a mi la primera vez q lo lei, hace años..
Muchisimas gracias de su parte ( y la mia)
Besitos
Azo muchas gracias por compartirlo.
Es un relato estupendo, engancha desde las primeras palabras, una historia preciosa, y lo más importante,consigue emocionarte y sentirte por un momento como el protagonista.
Felicitaciones al autor
Un besito!
El autor, es el Jose que firma por aqui abajo en un comentario.Insistiré ,si me da opción, en que venga de vez en cuando a leeros y recoger el fruto de su talento.
Y si, engancha….. y tanto!!
Un beso y gra cias
Hola. Gracias a todos por vuestros comentarios. Sinceramente, me produce un cosquilleo interior, muy agradable, que este pequeño relato os halla gustado. Brujilla, Nergal, Fauno, Joaquin, gracias. Y muy especialmente a ti, Azo, editora. Sabes de sobra que no tienes que pedirme permiso para subirlos, enseñarlos,etc. Son también tuyos en gran medida.
Besos a todas y abrazos a todos.
Hola me presento soy Brujjilla, una de las que más quiere a Azo. (No sé si ella me quiere tanto :P)
Mi más sincera enhorabuena Jose, por todo 🙂 estoy deseando que traiga los siguientes. Es genial poder leerte a través de Azo.
Besos y abrazos para ti también. 😀
……..
Queremos más ……….relatos, jajajajaja.
Gracias por dejar huella de tu visita.
Hola José
Ha sido un placer leer tu relato.Espero impaciente los próximos relatos.
Ahora con tu relatos junto con lo de tu editora Azo todo tiene……no sé que no se olvida aquello de la buena prosa y el sentir.
Gracias
Un Saludo
Un relato precioso, lleno de sentimiento y música, sin darte cuenta te va envolviendo hasta el final.
Un Abrazo y gracias por ponerlo. 🙂 .
Aysssssss Gracias a ti Joaquin!! Me alegro mucho de haberlo subido porque os está gustando a todos.
Se lo diré al escritor si tengo ocasión.
Un abrazote para ti 🙂 🙂
«Quizás a la vida no le gusten las cosas perfectas. O que hay un extraño equilibrio cósmico donde no tiene cabida una situación de dos personas así. Y entonces la vida es cruel. Y la crueldad se presentó con la forma de un coche descontrolado»
Felicidades J. L A de otro escritor.
Gracias AZO.
Asi es, paisano,creo que a la vida no le gustan las cosas perfectas., A más años, más convencida estoy.
Se las daré de tu parte, y muchas gracias
Un beset
Vaya! Ahora entre J.L.A y tú me voy a pasar el día llorando como una madalena.
Precioso relato. Cierto que escribe magnificamente bien.
Quien viviera un amor así….quién pudiera.
Me dejais llena de congoja………… :s
Oye, maja, no eras tú la que daba collejas si yo me aconjogaba?jaj
Me alegro que te guste, Se lo diré,( si tengo opción) de tu parte,estoy segura que se alegrará mucho. Respecto a lo de vivir un amor asi, habría que preguntarle a él 🙂
Un beso cariño
Pues dile que se pase para que podamos felicitarlo oficialmente. Un escritor así no merece quedar en la sombra.
Saludos para ambos
Simplemente precioso.
Supongo que todo tenemos una canción, para una única vez. Algunos la tocan y otros non.
Me ha encantado Azo gracias.
Besos
Opino como tú. Una canción, una sola vez, una sola persona la destinataria.Después de eso,,,,nada
Gracias a ti, Ner. Se lo diré a J.A
Más besos pa tí!!